La primera vez que Laurie Towner visitó el Mar del Coral era un adolescente de 14 años. Viajando con su padre en un viejo pesquero, la travesía oceánica duró tres días enteros y fue un viaje agitado y lleno de mareos y desvelos.

El viaje les llevó a una isla remota rodeada de arrecifes y montañas imponentes y alguna que otra pequeña ola prometedora. Años más tarde, Laurie pudo revivir su viaje inicial a este pequeño atolón tan especial, reencontrándose con los arrecifes y las montañas que son únicos en esta parte del mundo.

Este breve montaje muestra a Laurie disfrutando de unos pequeños y divertidos días de invierno surfeando y buceando en aguas cristalinas entre tormentas.



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