Esta película es una breve historia de Estados Unidos, una pequeña ofrenda para enfrentarnos a la historia y a nosotros mismos mientras reparamos y reconstruimos nuestro futuro común.

Al amanecer, en la playa de San Agustín, Florida, nos adentramos en las aguas junto a Gigi Lucas. Sólo 56 años antes, en el mismo lugar, un grupo de 75 segregacionistas blancos atacó a 100 afroamericanos que intentaban vadear las aguas "sólo para blancos".  Un movimiento que condujo a la aprobación de la Ley de Derechos Civiles de 1964.

Con una profunda reverencia por la valentía de los hombres, mujeres y niños del movimiento por los derechos civiles, vemos a Gigi deleitarse con esta libertad.  Una experiencia que en su momento, no hace mucho tiempo, se consideraba ilícita.

Un derecho que, por las leyes de la naturaleza, pertenece a todos. Juntos, asumimos la responsabilidad de nuestra historia universal.  Soportamos el frío, probamos la sal de la intolerancia y nos sumergimos en las aguas del cambio con convicción y compasión.

El protagonismo de las poderosas voces de color de nuestras naciones sigue compartiendo su verdad, y nos encontramos con la oportunidad. ¿Cuál será nuestra historia; cómo la aprendemos, cómo la contamos; cómo se aloja en nosotros y da forma a nuestra forma de vivir?. Con una comprensión íntima, conocer de verdad el dolor de nuestra historia es sanar: una unión de cabeza y corazón, y el trabajo profundo de la humanidad.  Tan necesario para los humanos como el aire y utilizable como la tierra.

"Nadie en América puede ser realmente libre hasta que todos seamos libres".

Que seamos la ola de la justicia.



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